Ya en el año 240 a.C., el griego alejandrino Eratóstenes consiguió medir la longitud del meridiano terrestre entre las ciudades de Siena y Alejandría, y mediante cálculos geométricos establecio que la circunferencia de la Tierra era de 40.000 Km.; sorprende tal precisión, pues en la actualidad se sabe que la Tierra mide en la zona ecuatorial 40.076 Km.
La forma en que Eratóstenes consiguió tal prodigio merece unos cuantos párrafos:
Eratóstenes era un científico que vivía en la ciudad egipcia de Alejandría. Los más envidiosos le llamaban Beta (la segunda letra de alfabeto griego) en alusión a que era segundo mejor en todo, pero en realidad Eratóstenes era Alfa, porque era el primero en todo lo que se proponía; de hecho fue historiador, astrónomo, geógrafo, poeta, filósofo, matemático, crítico teatral
Siendo director de la Biblioteca de Alejandría, leyó un día que en Siena, mucho más al Norte próximo a la primera catarata del Nilo, un palo vertical no proyectaba sombra a las doce del mediodía del 21 de julio, es decir que los rayos del Sol caían directamente sobre las cabezas; este hecho era constatable viendo como el Sol podía verse perfectamente reflejado en el fondo de un pozo. Para cualquier otra persona ese dato pasaría inadvertido, pero Eratóstenes tenía la mentalidad de un hombre de ciencia, observaba como durante el solsticio de verano, a medida que avanzaban las horas, las sombras que proyectaban las columnas del templo acortaban su longitud. Se propuso entonces realizar el experimento de saber si en Alejandría un palo vertical proyectaba sombra, y descubrió que sí. Tras preguntarse porque lo hacía en Alejandría y no en Siena, la única respuesta que encontró fue que la superficie de la Tierra estaba curvada.
Eratóstenes pudo saber por la inclinación de la sombra proyectada en Alejandría, que el ángulo que formaba con Siena era de 7 grados, es decir la cincuentava parte de los 360 grados de una circunferencia. Tras contratar a un hombre que midió la distancia a pasos entre Alejandría y Siena, Eratóstenes averiguó que ambas poblaciones distaban 800 kilómetros entre sí. Con estos datos pudo deducir la circunferencia de la Tierra: 800 Km. x 50 = 40.000 Km. Sin duda, esto constituye un logro grandioso para los elementos de que disponía Eratóstenes hace más de 2.000 años, pues su error de cálculo fue de un porcentaje muy pequeño.
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